febrero, 2022.
Escribe Paula González
La poesía de Macarena es en primer lugar una invitación a sentir. En sus textos aborda las temáticas más esenciales de sabernos humanos: amor y soledad. En esta se detiene, porque no es solamente aislamiento, o falta de compañía; evoca un sentimiento profundo, más allá del tiempo. Su forma homenajea a Idea Vilariño, retoma sus tópicos imprimiendo las transformaciones de nuestra época. Están presentes los dolores y luchas de ser mujer, cuya mirada cambia, logrando desarrollar una potencia que desemboca en palabras.
Nos conduce a lugares que conocemos, a habitaciones que podemos casi respirar. A través de ellas nos cuenta cómo es hacerse mayor. Las oportunidades perdidas y el vacío de lo que quedó atrás, abren una necesaria búsqueda de consuelo.
La voluntad de la voz poética se encuentra representada por el frío y el calor, por momentos llegando a un punto de inflexión. “Todos tenemos una forma de sobrellevar mejor las cosas buscando escapar”. Estas ganas de escapar son una constante, que a la vez dan paso a otra versión de la poeta, una que se nutre de experiencias para evolucionar. Su obra es una revindicación del yo, ese que se sostiene a sí mismo y se corona vencedor. Así se mueve entre su propio abrazo y el que descubre de a dos: “y sé / que ahí / en vos / me encuentro”.
Entonces ¿para qué escribir? Macarena nos trae motivos en plural, y nos convoca a “exorcizar” lo que nos pasa, lo bello y lo terrible, mirar de frente nuestra humanidad. Una poesía intimista y reflexiva, de quien no teme cuestionarse durante el recorrido. Con ella, una vez más la escritura salva, el monólogo interior encuentra su propósito, pero de una forma especial. Cuando sus textos se comparten nos reflejamos en ellos y ya no “estamos solos”.
Segunda noche
sentimientos encontrados
recuerdos pensamientos guardados ahí
en una cajita que espera ser abierta
que tiene que ser abierta.
El tiempo pasó
no me di cuenta no supe ver que se me escapó la oportunidad
el deseo las ganas de que esto
dure para siempre.
Pero nada dura una eternidad.
Sería injusto pedirlo.
Me perdí y no sé cómo volver.
Estoy sola
desnuda
sola
no hay nadie más
que yo.
Las ganas me invaden cuando te escucho abrazo recuerdo escribo.
La habitación es grande
hay una ventana abierta
pero no la cierro
no hace frío.
Quiero asomarme para ver, pero no lo hago
(quiero) correr hacia donde vos estás
(quiero) verte
(quiero) hablar de todo esto, de lo que pasó y de lo que pasa
no tengo idea de qué es lo que pasa.
pero no.
---
Estoy en mi cuarto
la tele está prendida
tengo mi celular
estoy en la cama
entre sábanas y mantas
afuera hace frío, acá no
mis amigas están a un mensaje de distancia
mi familia está en otra habitación.
Mis pensamientos son mi escape
pero sigo acá
no puedo salir
tengo que quedarme acá
no tengo otra opción.
Respiro uno
dos
tres
(esto va a pasar).
La soledad no es sólo
un estado de ánimo
una sensación pasajera
que hay que transitar
por quince días
varios meses
o gran parte de la vida.
Repito constantemente:
aunque nadie más pueda estar
aunque nadie pueda entrar
acá estoy
conmigo
acá estoy.
---
Me gustan tus curvas
tus caderas
lo lindo de tus pechos
—esas cosas chiquitas tan dulces—.
Me gusta tu forma
esa forma
única que tenés de moverte
de ser.
Me gusta verte segura
confiando en vos
luchando por lo querés
por tus ideas
por estar bien.
Me gusta verte y saber
qué estás haciendo las cosas bien.
---
Te veo
veo tus manos
tus ojos
tu ser entero
viniendo
hacía mí
te siento
escucho
entiendo
y sé
que ahí
en vos
me encuentro.
---
Escribo para escupir lo que me pasa lo que siento no me gusta lo que escribo es muy lineal las palabras son sencillas la poesía es simplicidad entender no entender nada quién dijo que hacer interesante lo sublime consiste en volverlo inteligible mostrar la belleza no es ser purista mucho menos clasista escribo para exorcizar lo que me pasa desde que tengo ocho años pienso seguir haciéndolo mucho tiempo más la escritura soy yo mirando desde una ventana a la gente preguntándome para qué la vida para qué el amor para qué todo escribo para sentirme un poco mejor conmigo con la realidad cuál es la realidad la que dice la tele los diarios quién si realidad está en uno y en esa conexión interna dijo Cerati alguna vez y tiene razón todo depende de cómo lo veamos escribo porque no sé qué otra cosa hacer necesito purgar mi miseria oscuridad luz amor ustedes quizás no lo entiendan pero créanme todos tenemos una forma de sobrellevar mejor las cosas buscando escapar mediante estrategias fantasiosas insanas la mía son las palabras.
ACERCA DE LA POETA
Macarena Graña estudia actuación en la Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático. Escribe desde muy chica y no piensa dejar de hacerlo. Las palabras son para Macarena parte de ella.
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