Julio, 2022.
Escribe Valentina Dos Santos.
Es posible pensar la poesía dentro de los parámetros de la ciencia y viceversa. Las dos áreas que parecen dispares ahora conviven: la clásica distinción entre razón y la no razón. Prueba de ello es la poesía que ha construido Nancy Ghan en Biología (2021) para abrir viejas dicotomías y hacerlas pesar de la misma forma dentro del texto literario. No, no más divisiones. Solo hay una inteligente fusión entre ambas áreas, el arte y la ciencia se dan la mano en estos poemas, para crear la voz lírica de estos textos que se mueve en la naturaleza, que muta de mujer a animal. Y así, borra las fronteras de lo que creíamos era el ser humano.
Sin embargo, más allá de esto último, la voz lírica se enuncia femenina y hace que el poemario se vuelva más interesante debido a que es ella quien quiere poseer y hasta comer al objeto de deseo o a quien vaya dirigido el poema. A veces erótico, a veces grotesco el hilo que une a estos poemas se hilvana sobre una liviana capa de crudeza que luego se afirma en el texto, puesto que no se trata de una poesía que recorre lugares convencionales, al menos no de la forma tradicional. Tal vez esa frialdad sea propiedad de los términos científicos de los cuales se sirve. De hecho, ese es uno de los principales movimientos de este libro. Otro es la firmeza en la que la voz poética anuncia lo que hará sin ningún obstáculo que interrumpa su deseo: “Voy a dar a luz / aunque afuera esté oscuro. / Voy a mostrártelo / para que lo conozcas (...) te entregaré en brazos / al fruto de nuestros amores (...) Le llamaré Miedo. / Vos le dirás otro nombre. / Y cuando esté dormido / recién alimentado / nutrido por tu generosa mano / yo incendiaré la cuna.” (p. 90) ya sea para colocar a ese otro en un lugar en el que, al menos yo, evitaría estar.
Esa voz tan femenina realiza alrededor del poemario una serie de críticas como espinas, se va construyendo y es esta obra una declaración de lo que conoce porque “escribo de lo que sé”. Así es como va conociéndose, mientras escribe, mientras va pasando poema tras poema. En el poema “Tuberosa” nos dice que “un día supe / que aun si no broto por el vientre, / igualmente / puedo brotar” (p. 83) y de allí se despliega una serie de imágenes que tienen que ver con lo que tuvo que hacer para llegar a ese saber y lo que vino luego. Realizando un corrimiento hacia el lado contrario a la imagen que puede evocar “vientre/brote”, es decir lejos de la maternidad. El Yo poético abre nuevas posibilidades, en este poema la posibilidad de otra forma de brotar, de dar a luz. De hecho la maternidad como tema aparece en este poemario con frecuencia, haciendo un tratamiento de ella que en lo personal me conmueve y me inquieta.
Avanzado el poema nos advierte que es “tuberosa” (en este contexto puede estar haciendo referencia a la esclerosis tuberosa, un trastorno genético que hace que se formen tumores benignos en cualquier parte del cuerpo o se puede estar refiriendo a una begonia tuberosa, haciendo referencia nuevamente a la naturaleza. La mención a “núcleos” puede ayudar a comprender ambas hipótesis) y es por ello que “guardo en el útero inconmensurable del mundo / núcleos de vida siempre hormonados, / amenopáusicos, / infinitamente preparados / para una nueva fecundación” (p. 84) y allí se cierra el círculo, en donde es posible brotar/fecundar nuevamente.
Esto también está presente en el poema titulado "Evolución" en donde la voz declara haber brotado de sus propios huesos y que allí fue donde volvió a nacer, denotando un cambio en lo que fue (una suerte de camino truncado, tomada como presa o trofeo, por ejemplo) y lo que es: “Soy anfibia / alada / libadora de flores, frutas y carnes. / Aristócrata // de mi reino nómade.” (p. 94)
Una podría pensar que este libro tiene como motivo mostrar el nacimiento, la vida misma en sus múltiples aspectos (el amor, el desamor, la maternidad, la violencia de la sociedad, la muerte) y con una firmeza que nos fuerza a sentirnos identificados de algún modo u otro. Pero al mismo tiempo, se trata de un libro sin pesados adornos, las metáforas fluyen inquietantes y están a merced de lo que la voz desea. Es esa voz enérgica la protagonista de cada texto que compone al libro.
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El poemario contiene cuatro partes: Preámbulo. Nociones elementales, Alimento, Fisiología y patología, Selección natural y otras teorías evolutivas. De cada una de ellas escogí un poema.
Selección de textos:
I. Preámbulo. Nociones elementales
Carta de presentación
Tengo fuego y olas. Tengo gritos y silencios.
Soy el escándalo hermético,
la contradicción.
la lucha de opuestos.
Todo en un único cofre,
caja de Pandora,
vianda de tu almuerzo.
Soy la celda sin cerradura.
El portal de un Edén
con cien monstruos adentro. (p. 11)
II. Alimento
Degustación profunda
Te invado con mis manos,
arañas carnívoras que alternan
entre el siglo y la voracidad.
Mi boca quiere almibararte,
verter sobre tus tersuras
la tibieza salival.
Cubrir cad cenímetro,
adobarte con esmero,
morder, masticar.
No dejar nada sin probar.
Y después
voy a entrar por tus poros,
a deslizarme ligera,
silenciosa,
imperceptible.
A navegar por tu sangre
a contracorriente
hasta el corazón.
Pasaré una temporada
alojada en tus intersticios,
probando tu carne,
cada uno de tus tejidos.
Buscando entre ellos
el bocado m
as tierno
tu manjar. (pp. 23-24)
III. Fisiología y patología
La cita
La que quiere y la que no.
La que pudo.
La que no pudo.
La que quiso y pudo.
La que quiso y no, no pudo.
Y todas las combinaciones donde
hábilmente
metieron mano la vida y la muerte,
el amor, el desamor, el odio,
la ciencia, la violencia,
la sumisión, la ilusión,
el deber, el poder,
el miedo,
la soledad.
Solos o trenzados,
alternados o superpuestos.
Todas, todos
tuvimos en algún momento
esa cita cara a cara
a corazón abierto
con la maternidad. (p. 82)
IV. Selección natural y otras teorías evolutivas
Manifiesto
Voy a salir vestida de loca
de cortesana, de abortera
de bruja, de enamorada
de todo lo que temas.
Volveré y seré Carlota
radiante y podrida
dorgada, enamorada
devoradora todopoderosa
una rosa carnívora
tu dalia de kriptonita.
Y cada vez que me juzgues
cada vez
que tus manos intenten
bordarme con etiquetas
bajarme la barrera
domesticar mi lengua
dirigir mis pupulas
mi pecho y mis ovarios
mi calentura y mi valentía
se inflamarán
se harán inmensos.
Detonaré y seré
devastadora
creadora
mutante
irreverente
lujuriosa
toda empapada de vida.
Volveré.
Volveré siempre.
A mí. (p. 92)
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